Uno de los elementos más destacados del cultivo de la marihuana es sin duda el riego. Es esencial que el cannabis esté hidratado para conseguir una cosecha de la mejor calidad, y que las plantas estén sanas y llenas de vida. En este punto, es muy importante saber cómo medir el pH del agua de riego que se le proporciona a las plantas. Los valores deben cambiar en cada fase del ciclo de vida de la planta, para que tenga un desarrollo óptimo.
¿Qué es el pH?
El pH es una unidad de medida que se utiliza para saber la acidez o alcalinidad de una sustancia, en base a la cantidad de iones de hidrógeno que contiene. Los valores van desde el 0 hasta el 14, siendo el 0 el valor más ácido y el 14 el más alcalino. El valor neutro del pH es el 7.
Según para qué se requiera, serán necesarios unos valores diferentes. No es lo mismo medir el pH de la piscina que el pH del agua para riego. Además, en el último caso, cada planta o cultivo puede necesitar más o menos acidez.
Las plantas de cannabis necesitan un pH más ácido, por eso sus valores estarán entre el 6 y 6,8 en cultivos normales y entre 5,5 y 6,3 en los cultivos hidropónicos. El pH en la planta de marihuana se debe medir siempre después de incorporar el abono y los fertilizantes al sustrato, ya que estos pueden modificarlo.
¿Cómo medir el pH del agua?
Actualmente, existen diferentes tipos de medidores de pH muy sencillos de utilizar para conocer los niveles exactos que tiene el agua. Generalmente, hay que introducir en el líquido la sonda que lleva el aparato y después limpiarlo para conseguir los resultados exactos en cada medición.
Los medidores digitales miden el pH al introducirse en el agua, y muestran las medidas de manera precisa. También se pueden encontrar medidores reactivos: líquidos que, al entrar en contacto con el agua, cambian de color. En este caso, hay que comparar los colores con los parámetros que indique el fabricante.
Finalmente, los medidores analógicos son aquellos que se pinchan directamente en la tierra y miden el pH del sustrato. Son los menos recomendables ya que no son demasiado precisos.
Líquidos para regular el pH
Existen líquidos que bajan o suben el nivel de pH para que esté equilibrado y sea el correcto para la planta de marihuana. Estos elementos suelen estar compuestos por ácido cítrico o fosfórico, y pueden ser de origen orgánico o mineral. Es recomendable ir añadiéndolo poco a poco al agua, para no bajar o subir demasiado los valores.
Para subir los niveles de pH se utiliza el ácido nítrico, que también se puede usar para bajarlo según los parámetros que lo compongan. Para bajarlo, se utiliza el ácido fosfórico y el ácido cítrico.
Algunos cultivadores abogan por el uso de elementos naturales, como el limón o el vinagre. Sin embargo, estos no son muy recomendables, ya que no se puede controlar la cantidad exacta. Un limón, por ejemplo, nunca pesa lo mismo ni contiene el mismo zumo o el nivel de acidez que el anterior. Y en el caso del vinagre, puede contener azúcares y otros elementos que no son beneficiosos para la planta.
¿Qué valores tener en cuenta para medir el pH del agua en el cultivo de cannabis?
Antes de comenzar a cultivar, hay que definir cuál es el pH de la tierra donde se va a plantar. El suelo debe tener unos valores entre 5,5 y 7. Esto puede variar dependiendo de la fase en la que se encuentre la planta; crecimiento o floración.
Durante la fase de desarrollo y crecimiento, la planta requiere un gran cuidado para controlar que absorba los nutrientes necesarios. Para que esto sea así, el pH debe estar entre 5,5 y 6 en las primeras semanas de vida de la planta. Mientras que, durante el crecimiento y pre-floración, los valores deberán oscilar entre 6 y 6,2.
Cuando la marihuana llegue a la etapa de floración, los niveles deberán ser más neutros, entre 6,2 y 6,5. El agua del grifo tiene un pH un poco más elevado, así que habrá que bajarlo antes de regar el cultivo.
Ph en cultivos hidropónicos
En el caso de los cultivos hidropónicos, los valores son ligeramente diferentes para cada fase. Mediante este sistema la planta asimila más rápido los nutrientes. Para la fase de crecimiento se debe mantener en 5,5. Después, ir aumentando progresivamente cada semana, hasta llegar al 6,4 en la fase de floración. En la hidroponía se recomienda utilizar también enzimas una vez por semana. Así, la planta no sufrirá un exceso de sales minerales.